<p>Nunca antes una empresa debutaba en Wall Street con una valoración tan alta. Todo el mundo quería sacar a bailar a la más guapa del parqué estadounidense: Facebook. Las acciones de la red social integrada por más de 900 millones de usuarios se estrenaron este viernes con una cotización superior a los 42 dólares, frente a los 38 en los que se había fijado la oferta. Euforia evidente por una idea que su fundador, Mark Zuckerberg, ha sabido alimentar y convertir en una dependencia más de este mundo altamente social, y cada vez más virtual, en el que vivimos inmersos. El arranque fue un éxito, pero el valor de la red social se fue desinflando poco a poco. Tras la euforia llegó la calma. Y al final de la jornada, las acciones de la red social en Wall Street subieron un 0,6% pese a que arrancaron con un alza del 10 por ciento. La riqueza de la compañía está en sus usuarios, que al no pagar por el servicio, han pasado a ser el producto a ofrecer. Sólo el tiempo decidirá si nuestras vidas son suficientemente suculentas para cotizar en bolsa.</p>
