<p>Instantes después del accidente, desde el andén, las miradas paralizadas hacían que casi nadie se atreviese a ayudar a las decenas de pasajeros atrapados. Sus gritos se ahogaban en la estación. El primer vagón había entrado a plomo seis metros en el segundo y nadie era capaz de sacar a un hombre, medio cuerpo devorado por el hierro. Él mismo lo intentaba sin éxito.Con la llegada de los servicios de rescate se empezaba a desenmarañar el desastre . 30 personas estaban atrapadas entre el primero y el segundo vagón. El caos en la céntrica estación bonaerense de "Once" llegaba instantes después del choque. Una macro operación de rescate de supervivientes y casi cincuenta víctimas mortales aprisionados juntos en los vagones. En los hospitales más de 600 heridos y el peregrinaje de quienes buscaban a sus desaparecidos. Una madre o un hermano que no llegó al trabajo. El primer vagón entró en la estación a sólo 20 kilómetros por hora pero no frenó así que impactó contra el tope del andén. Después, el resto de los siete vagones que formaban el convoy, en el se apretujaban dos mil pasajeros en la hora punta. La causa puede ser un fallo de frenos o humano, a bordo de estos monsrtuos de 50 años de edad que recorren Buenos Aires.</p>
