<p>Sólo en Zemun, un suburbio de Belgrado, hay ochenta embarcaciones hundidas y varios restaurantes flotantes devastados. Sus dueños apenas han tenido tiempo para reaccionar. Sus embarcaciones estaban atrapadas por una capa de hielo de entre treinta y cincuenta centímetros. En pocas horas, el ascenso de las temperaturas ha roto el hielo, y los bloques resultantes han comenzado a golpear los barcos y los pontones. Pocos han logrado remolcar los suyos hasta la orilla. Mientras tres rompehielos trabajan para despejar esta zona serbia del río, en varios camiones se recogen los deshechos de los destrozos causados por el deshielo.</p>
