<p>Irán comenzaba el pasado sábado la producción de un nuevo misil, el Sayyad 2, que servirá, según su ministro de defensa, Hossein Dehqan, para defender al país contra posibles ataques aéreos.Esta nueva versión del Sayad es, según la agencia de noticias iraní Fars, capaz de destruir helicópteros y drones.Lo cierto es que la inauguración del acto no entorpeció las negociaciones sobre el programa nuclear iraní que también el sábado mantenían en Suiza los ministros de exteriores de las principales potencias junto a Irán.Las negociaciones se han enconado pero no por la puesta en marcha del nuevo Sayyad. Sino por las reticencias de Francia. Las expectativas de alcanzar un acuerdo eran altas dada la presencia del secretario de Estado norteamericano John Kerry.Se cancelan las reuniones, pero se pone fecha para la siguiente, que a falta de concretar tendrá lugar en menos de dos semanas.Las potencias occidentales piden a Irán que rebaje del 20% actual hasta un 5% el enriquecimiento de uranio. De aumentar este porcentaje se consideraría, por parte de occidente, que Irán podría estar fabricando un arma atómica.Los iraníes aseguran que nunca renunciarán a enriquecer uranio. Es su línea roja. Su presidente, Hasan Rohaní, ha pedido a sus interlocutores que no desaprovechen esta, ha dicho, "oportunidad excepcional".</p>
