<p>Hace sólo 20 días que Isabel Pantoja, condenada por blanqueo de capitales, era protagonista de esta escena, para los anales de la más rancia tradición folclórica. Entre tirones de pelo y empujones de propios y extraños, desmayada y con su intimidad judicial y personal al descubierto, se ponía por fin a salvo entre los suyos tras el juicio más mediático de los últimos tiempos.Pero como sólo ella, dicen sus fans, sabe hacer, a las seis de la tarde&nbsp; Isabel Pantoja volvía en este coche para dar la cara en Benidorm ante su público.Su popularidad casi intacta. Sus incondicionales animando más que nunca.Autobuses de todas partes de España traían a sus fans. 50 euros la entrada y un aforo repleto de 1.400 butacas para los que la tonadillera no podía más que salir entregada.Algo nerviosa, visiblemente delgada y en el rostro marcas del largo calvario pasado.La cantante fue condenada a pagar una multa de más de un millón de euros y dos años de prisión que la fiscalía anticorrupción recurrirá.</p>