La llegada de la Navidad ha hecho mella en los chalecos amarillos.<br />Ayer volvieron a salir a protestar contra la subida del precio de los carburantes y en general por la carestía de la vida, pero apenas fueron unas 25.000 o 30.000 personas las que se manifestaron en toda Francia. Una cifra muy inferior a los 280.000 chalecos amarillos que tomaron el país hace un mes y medio. A medida de que ha ido pasando el tiempo, el movimiento espontáneo y transversal en el que participan todo tipo de ideologías y que puso en jaque al gobierno de Macron ha ido perdiendo fuerza. Ayer en París apenas hubo unos 800 chalecos amarillos en resto de las ciudades francesas las manifestaciones no pasaron de las mil o dos mil personas. Las marchas de los chalecos amarillos también se han vuelto menos violentas. Ayer no hubo incidentes destacables ni coches quemados excepto estos ocho vehículos que ardieron accidentalmente en una calle de París a causa de un incendio accidental en uno de ellos. Los chalecos amarillos son un movimiento social que aglutina a diversas ideologías y que ha sido respaldado por todas las fuerzas políticas de la oposición aunque ahora ya es también una marca registrada que pertenece a este hombre Florian Philippot, líder del movimiento de extrema derecha Los Patriotas esta semana ha registrado como suya en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial de Francia la marca 'Chalecos Amarillos'<br />
