A las cinco de la tarde, hora local de Nueva York, las once de la noche hora peninsular española, abrían las puertas del archiconocido Macy's: empezaba el 'Black Friday', el día del frenesí comprador, de los cazadores de gangas, la jornada en la que los establecimientos comerciales logran cambiar el color de sus balances, del rojo al negro. Y si en Estados Unidos la locura por el 'Black Friday' lleva a más de uno a pasar noches acampado a las puertas de las tiendas, en España también hemos importado esa práctica. Es el pistoletazo de salida de las compras navideñas y a este viernes negro se han sumado hasta los pequeños comercios y todos esperan volver a batir récords. La previsión es que las ventas alcancen los 1.400 millones de euros, un nueve por ciento más que el año pasado.<br />-Redacción-
