A las puertas de este taller en Zarautz, palés y coches flotan en un mar formado por la lluvia. Los trabajadores apenas tuvieron tiempo para sacar sus enseres, ya que el muro de la empresa cayó a causa de la fuerza de la precipitación, provocando que el agua entrara y arrasara con todo. <br />Algo similar ocurrió en Irún al romperse una placa del tejado de este centro cívico. Treinta ancianos tuvieron que ser desalojados. <br />En Rentería los comerciantes achicaban el agua que se colaba en sus locales, en el exterior las alcantarillas estaban saturadas. <br />La intensidad de la lluvia sorprendió también en las calles de la capital, complicó el tráfico en el centro, anegó un polideportivo y requirió hasta 10 intervenciones de los Bomberos.
