A pocos kilómetros de las bombas libran otra batalla por la supervivencia. La necesidad las convierte en esclavas por horas, porque su salario no supera los cuatro dólares al día. <br />Yasmina tiene 32 años y siete hijos. Salió de Aleppo hace once meses. "Había cadáveres por todas partes", nos dice antes de que el dueño de las tierras le diga que vuelva al trabajo.<br />Muchas refugiadas tienen que tomar decisiones extremas."Reducir sus comidas para que puedan comer sus hijos y hay incluso casos de prostitución", explica Beatriz Navarro, directora país de Acción contra el Hambre en el Líbano. <br />Con siete hermanos Hudud ha tenido que dejar la escuela para recoger patatas. Tiene once años.<br />Las necesidades económicas adelantan la edad del matrimonio. Las familias no tienen recursos y necesitan que sean independientes lo antes posible. <br />Shamtsa es la líder del campo, un referente de las organizaciones como Acción contra el Hambre para comunicarse con la comunidad."Huí de Siria, porque tenía miedo de que obligaran a mis hijas a ser esclavas sexuales", nos cuenta. <br />Una de ellas se ha casado.Tiene trece años y su marido dieciséis. <br />No tienen trabajo ni futuro, pero hoy lo olvidan para celebrar con su familia del exilio forzado.