Después de la trágica muerte de su padre, vuelve tras diez años de ausencia Rosario a la hacienda que había sido de su padre Don Guadalupe, que había muerto en una emboscada al despoblado hacía muchos años; se le conocía como "La Niña Chayo", sobrenombre que le daban los empleados. Rosario, era por consiguiente sobrina del actual hacendado y patrón, Don Carmelo quien guardaba una relación de primos entre él y su padre Don Guadalupe.<br /><br />Beneficiado con la muerte de Don Guadalupe, Don Carmelo se había hecho de la propiedad que recibía el nombre de "Hacienda Los Sauces", siendo él el artífice intelectual y material del homicidio de su primo. Pero al enterarse de que su sobrina irá a visitarlo un sentimiento de duda y desconfianza le embarga, mandando a un sencillo empleado a recogerla a la estación del tren. Ese empleado era Margarito (Cantinflas), un peón ingenuo pero a la vez vivaz y pícaro de la hacienda que se siente atraído inmediatamente por Rosario.