La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró este viernes que el nuevo gobierno es ilegítimo y que luchará para recuperar su cargo. La Mandataria estará por fuera del cargo por 180 días, periodo en el que recibirá solo la mitad de su salario. Tiene seis meses para sustentar su defensa en el juicio político por maquillaje a las cuentas públicas.
