Upala (Costa Rica), 17 sep (EFE),(Imagen:María José Brenes).- Los corredores biológicos, que abarcan el 33 % del territorio de Costa Rica, son un puente de conservación de la biodiversidad en este país y además contribuyen al desarrollo sostenible de las comunidades rurales.<br />Los corredores biológicos, de los cuales hay 44 en el país y usualmente ubicados entre dos áreas núcleo, sean parques nacionales o reservas, han servido para proporcionar conectividad entre los paisajes, ecosistemas o hábitats para distintos animales y asegurar el mantenimiento de la biodiversidad del país.<br />"Los corredores han permitido que las personas mejoren su calidad de vida, los recursos se protegen mejor y se vuelva una manera sostenible de conservar. Se trata de un puente muy diverso, se puede encontrar de todo, son sitios de transición y lo que tenemos que fomentar es que la gente sea consciente de que podemos compartir el mismo espacio", afirmó a Efe la guardaparques y encargada del programa social del Sinac del Parque Nacional Volcán Tenorio, Adriana Chavarría.<br />El Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) indica que los corredores biológicos son la segunda estrategia de conservación más importante en cuanto a territorio y alcance, ya que suma 128 rutas de conectividad y un total de 15.997 kilómetros cuadrados.<br />Los corredores biológicos no son una estructura de Sinac propiamente pero la institución colabora con capacitaciones y apoyo a las comunidades, en especial las zonas rurales, quienes toman un rol muy importante en cuanto a conservación y protección, porque son los encargados de dar mantenimiento.<br />Un ejemplo de ellos es el corredor biológico Tenorio-Miravalles en el norte del país, está ubicado entre las provincias de Guanacaste- en las localidad de Bagaces y Cañas-, y en Alajuela -comunidad de Upala-.<br />En ese espacio se alberga gran biodiversidad, recurso hídrico y tiene gran valor ecológico con el paso de jaguares, pumas, dantas (tapir), entre otros. Los vecinos de la comunidad y dueños de fincas se han unido para trabajar conjuntamente, creando pasos para fauna, protegiendo a los animales de los cazadores y con productores conscientes de crear el menos impacto posible en el medioambiente.<br />El dueño de la reserva natural Tapir Valley, el naturista Donald Varela, cuenta con más de 100 hectáreas, ubicadas en Bijagua, Upala, en las que trabaja diariamente para mantenerlas y desarrollar actividades de ecoturismo por medio de la conservación y sostenibilidad.<br />"Como propietarios es un privilegio participar del corredor biológico, es un esfuerzo increíble involucrar a dueños y usuarios para crear conexiones para eliminar islas del bosque que habían quedado separados por el desarrollo agrícola y ganadero. Costa Rica tiene una gran diversidad entonces para nosotros es importante garantizar que esa diversidad se mantiene y crece de una forma saludable y el corredor ayuda a evitar ese deterioro", dijo Varela.<br />Entre los años 1991 y 1994 se decía que era m
