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No podía dejar de gastar dinero

2019-10-01 1 Dailymotion

★ Suscríbete a ASÍ ES LA VIDA: http://bit.ly/2rH5mEv<br /><br />Ella es Denise. A todos nos gusta ir de compras, ¿cierto? Ya sabes, esos momentos en los que te sientes un poco mal y dices: “¿Por qué mejor no voy al centro comercial y compro algo?”. Y luego llegas a casa con muchas bolsas y cosas que no necesitas, pero con una extraña sensación de alivio. Bueno, Denise quiere decirte que, a veces, un pasatiempo tan inocente puede volverse una obsesión, o incluso algo peligroso.<br /><br />Ella estaba en la secundaria cuando su vida se convirtió repentinamente en un infierno. Todo iba perfecto: una familia llena de amor, buenos amigos, un novio maravilloso. Cuando todo marcha bien, comienzas a sospechar que no durará para siempre. Y así fue: en su segundo año de secundaria, las cosas comenzaron a desmoronarse. Sus padres tuvieron una gran pelea y no se dirigían la palabra. Incluso llegó a oír conversaciones sobre divorcio. Se puso nerviosa por eso, así que no lograba concentrarse en los estudios, y sus calificaciones empeoraron.<br />Denise tuvo un ataque de nervios por primera vez en su vida, y no supo cómo manejarlo. Lo peor era que no tenía a nadie en quién confiar: sus padres tenían otros problemas, y ya no contaba con una mejor amiga o un novio. Tampoco quería molestar a otras personas que no eran tan cercanas a ella o abrirse demasiado con extraños. Solo tenía una elección, debía lidiar sola con sus problemas. Y así, Denise encontró su propia manera de disminuir el estrés… ¡Las compras!<br /><br />Denise recuerda que, en una ocasión, sus padres tuvieron una discusión particularmente intensa, así que se fue de casa para estar sola y en silencio unos momentos. “¿A dónde puedo ir?”, pensó. Por supuesto, ¡al centro comercial! Muchas personas, tiendas abarrotadas, comida. Un lugar ideal para esconderse de sus pensamientos. También podría aprovechar y comprarse algunos atuendos nuevos para distraerse de sus pensamientos depresivos. Eso fue lo que hizo. Olvidó todos sus problemas mientras se probaba unos jeans y elegía un bolso nuevo. <br />Tenía algo de dinero ahorrado, podía permitirse ir de compras al menos una vez a la semana. Se hizo adicta muy pronto, en un punto quería comprar cosas con más y más frecuencia. No lo hacía porque necesitara algo, sino por las emociones positivas que recibía mientras consumía. Después de unos dos meses, Denise notó que se estaba quedando sin dinero y sin lugar para guardar todo lo que compraba. ¡Pero no le importaba! Se dedicaba libremente a su “pasatiempo”.<br /><br />Claro, el espacio para guardar cosas no era un gran problema. Ella ni siquiera usaba lo que compraba, simplemente dejaba las cosas nuevas donde podía. El dinero era el problema mayor: había arrasado con sus ahorros, y su mesada semanal no era suficiente. Se le ocurrió una solución brillante: comenzó a tomar dinero del bolso de su mamá. No está orgullosa de sí misma, pero estaba convencida de que no era robar y que a su mad

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