Valencia, 13 oct (EFE).- La emergencia social que para diversos colectivos y expertos supone la ludopatía -con más de 18.400 afectados en 2018, según datos de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabiltados- llevó hace doce años a la Universidad de Valencia a crear un curso de posgrado sobre adicción al juego, el único de esta especialidad en España.<br />Mariano Chóliz, catedrático de Psicología Básica en esta universidad, es el director del curso pionero que, bajo el nombre de "Adicción al juego y otras adicciones comportamentales", aborda el problema desde planteamientos filosóficos, sociológicos, económicos y jurídicos, al tiempo que se incide en las nuevas modalidades adictivas, especialmente el juego 'online'.<br />En una entrevista con la Agencia Efe, Mariano Chóliz afirma que no hay "una forma de jugar saludable" porque el juego de azar, "en si mismo, es potencialmente adictivo" y tiene "efectos devastadores", especialmente en las personas más jóvenes.<br />Chóliz también dirige la Unidad de Investigación de Juego y Adicciones Tecnológicas de la Universidad de Valencia, que tras aplicar en la población escolar un programa de prevención denominado Ludens, concluyó que la mitad de los menores de entre 15 y 18 años había apostado dinero alguna vez en su vida.<br />Además, reveló que el 12 % lo hacía de forma regular -entre una y dos veces al mes-, especialmente en apuestas deportivas, según el experto, que alerta de que el juego activa los mismos circuitos cerebrales de recompensa que las drogas y la patología que genera es muy similar: intolerancia o síndrome de abstinencia.<br />Por sexos, la mayoría de los menores jugadores son hombres y una minoría son mujeres, afirma este experto, para añadir que, aunque no son mayores de edad, existen muchas páginas ilegales a las que pueden acceder con otros DNI e incluso en "minicasinos" como salones de juego y salas de apuestas no se exige esa documentación para entrar.<br />Marta Marcos, psicóloga sanitaria y técnico de investigación de la Unidad, asegura que les "preocupa muchísimo" la gente joven, a la que quieren trasladar el mensaje de que la apuesta "no es normal y, además, conlleva una serie de riesgos que derivan en trastornos mentales".<br />"Los jóvenes pueden llegar a tener un problema muy grave y las familias tiene que tener conciencia de que realmente esa actividad puede ser devastadora para su salud por cuestiones biológicas en ese periodo de la adolescencia", afirma Marcos.<br />Según Chóliz, se considera una ludopatía cuando el jugador "pierde el control de su propio comportamiento, cuando empieza a jugar para recuperar las pérdidas o siente malestar y tiene que interrumpirlo porque se ha quedado sin dinero".<br />"El adicto al juego no tiene dinero, lo que tiene son deudas y una forma patológica de relacionarse con el juego", afirma el catedrático, quien considera que la ludopatía es una "emergencia social" e incluso puede considerarse una "epidemia".<br />Respecto al perfil del ludópata, señala que, aunque la ma