Teo (A Coruña), 23 mar (EFE).- Antes del COVID-19, ¿quién conocía costumbres y hábitos de sus vecinos de al lado? En Teo (A Coruña) el vocabulario de los balcones ha sacado a relucir a Silvia Fernández, una vocalista aficionada que trabajó en una orquesta para abonar la entrada de un piso y que hoy, madre por partida doble y tramitadora de pedidos de cocinas, da vida, con su voz, a las terrazas aledañas.<br />"No aflojemos", es su mensaje, y la razón por la que, a la hora del aplauso sanitario, se asoma a su ventana, "no siempre, para no aburrir". Le canta a la pena, arropada por los suyos, para librarse de ella.<br />Está afónica y nota la presencia de las gramíneas, la familia de plantas cuyo polen causa más alergias en España, pero nada la frena.<br />"Es muy duro, pero no podemos movernos de casa, es el único modo de contener el patógeno", cuenta a Efe, y, por su naturaleza amable y expansiva y esa necesidad de arropar, explica que fue en el tercer día de cuarentena cuando se decidió a alegrar "un poco" su barrio de Montouto, en Teo (A Coruña), con su gran afición.<br />"Salí temblando", recuerda. Arrancó con la "Rianxeira", un tema popular imprescindible en toda fiesta y celebración que se precie, coreado en auditorios y estadios de fútbol.<br />Siguió con el "Resistiré" del Dúo Dinámico, publicado en 1992 y hoy ya convertido en un verdadero himno con el que hacer frente al confinamiento.<br />Son dos o tres composiciones, no más, con las que Silvia deleita, con la asiduidad que ella misma se impone, a su agradecido público, y, despojada de todo engreimiento, dice con humildad que no tiene claro si a todos les estará gustando lo que hace. Ella no lo sabe, pero un habitante de un edificio cercano al suyo tiene la respuesta a su duda: sí. De hecho, hay un chat dedicado a esta mujer de 48 años que va intercalando comentarios de ánimo entre las letras que interpreta.<br />Tres veranos fueron los que consagró Silvia a la verbena. "Hace mucho", subraya. Pero ese gusanillo, lo conserva. Hace un año, por "presión" bien entendida de unos primos suyos jubilados, nació un grupo llamado "É moito".<br />Se reunían para ensayar cada semana o por quincenas e intentaron seguir ahora con ese ritmo mediante las nuevas tecnologías. "Sin embargo, no fue posible. El sonido iba con retardo", explica.<br />Esos parientes a los que alude son "Los Potes", la banda pop-beat de Compostela cuya "portavocía" recae en Miguel Fuentes, el familiar de Silvia Fernández.<br />Silvia tiene dos hijos, Sara, la mayor, que va a hacer 9 años, y Pablo, que el próximo 9 de abril, recluido, soplará siete velas. El pequeño ha empezado piano, a la niña le apasiona la batería, como a su padre, el marido de Silvia, Quique Gago, que es autónomo y regenta una carnicería.<br />"Es el único que sale de casa, profesión imprescindible, y el que hace la compra", afirma esta chica.<br />¿Eso de artista, va en los genes? "Por parte de mi madre, hay mucho de eso, véase mis primos. Y ella por cierto canta muy bien. Y por la parte de mi pareja, t
