Las autoridades chinas confirmaron que el 6 de abril no hubo nuevos casos domésticos confirmados ni sospechosos de COVID-19, y no hubo muertes.<br />El anuncio se produjo horas antes de que se levantara el cierre de la ciudad de Wuhan, epicentro de la enfermedad, cuyos habitantes permanecieron confinados en sus hogares durante dos meses.