Es increíble constatar cómo la extrema derecha colombiana —allí comprendida una parte de la Conferencia Episcopal—pretende censurar al arzobispo de Cali, quien se ha atrevido a hablarle claro al gobierno sobre su tentativa de «volver trizas los Acuerdos de Paz», siguiendo la consigna temeraria de uno de sus ideólogos. Pero justamente este país requiere de obispos y pastores como Monseñor Darío Monsalve, comprometidos con la reconciliación y el mensaje de Jesucristo en un país carcomido por la corrupción y el narcotráfico, donde numerosos «sepulcros blanqueados» que, llamándose «cristianos», solo propagan odio y venganza.
