La mayor parte del campo laboral tanto dentro como fuera del país se ha visto afectado por los cambios impuestos por la cuarentena de más de cinco meses. Hombres y mujeres de todo el mundo han tenido que adaptarse a la nueva normalidad en su día a día, y Venezuela no es la excepción.<br /><br />Este martes, HispanoPost cuenta la historia de quienes hacen arte en distintas modalidades, con sus manos o cuerpos, y cómo les ha tocado adaptarse a las circunstancias que los rodea para poder continuar con sus labores.<br /><br />Víctor Ríos desde el año 1976 se ha dedicado a su pasión que es la pintura. Aunque recuerda que nunca se ha tratado de un oficio que le diera para mantenerse, le ha dejado buenos recuerdos de sus premios y exposiciones.<br /><br />“Empecé pintando como cualquier otro pintor joven. Estudié tres semestres en la Cristóbal Rojas, no me gustó porque me querían cambiar mi estilo de pintura y luego empecé por mi cuenta”, contó. “He ganado varios premios, he expuesto en la Casa de la Cultura, en el Ateneo de Caracas, en San Cristóbal, Cumaná, Charallave y Margarita, entre otros. Admiro mucho a Salvador Dalí”.<br /><br />Aseguró que durante sus años como pintor ha aprendido a resolver para combatir la crisis: “Hay que sacarle provecho a todo. Sacar pintura de donde no hay. Sacar colores de donde no hay, está muy caro todo eso. Es imposible ahorita pintar un cuadro o vender un cuadro. Los pintores venezolanos son pocos los que viven de la pintura”.<br /><br />Ríos explicó que actualmente los materiales son muy caros y, por lo general, se cotizan en dólares. “Un pincel barato te cuesta 1 o 2 dólares, un óleo 9 o 10 dólares, los malos se consiguen entre 5 o 4 dólares. Eso es caro para un pintor. Entonces, hay que ingeniárselas y trabajar con pintura al frío, acuarela, acrílico o inventar uno mismo su pintura, para eso uno es artista y uno inventa, busca sacar colores de donde no hay”.<br /><br />Explicó alguna de sus técnicas para “sacar colores de donde no tengo”. “Como no tengo rojo, lo saqué del onoto. Onoto y aceite diluido con kerosene, acrílico o tiner. Aprendí a sacarlo de la cúrcuma o el azul de metileno, para sacar los azules. Hay que inventarse, a trabajar con el acrílico, echándole colores a la pega”.<br /><br />El pintor recordó la época de 90 y la primera década de los años 2000 como la mejor para su profesión. “Uno hacía una exposición y se vendían hasta 15 cuadros en un día, ahorita no hay exposiciones. Es mucho más difícil y con la cuarentena menos, pero además no hay unión entre los pintores, no hay ese boom de los 90. Hacíamos exposiciones cada tres meses, ahora ya no”.<br />