Se levanta a las 7:00 de la mañana para preparar el desayuno de su familia, va a su trabajo, regresa a su casa para cocinar el almuerzo, realiza los quehaceres del hogar, y cuando cae la noche ayuda a su hija con sus tareas. Esta es la rutina de Fernanda Toribio, madre de dos.<br /><br />La madre, quien trabaja como conserje en una empresa vecina a su hogar, dijo que su rutina a veces no sigue ese orden, porque cuando tiene que trabajar el día completo es su esposo quien se encarga de preparar los alimentos.<br /><br />En su rostro, sus ojos denotan el agotamiento y la preocupación por el futuro de sus hijos.<br /><br />En numerosas ocasiones ha tenido que buscar opciones para costear los grandes gastos que hay en su hogar, en el que viven su hija Emilia de 11 años, Raymond de 17, y su esposo.<br /><br /> “A veces no hay 'cuarto' y es un lío, tengo que dejar de hacer una cosa para poder resolver”, dijo.<br /><br />Relató que en ocasiones delega la responsabilidad educativa de Emilia en su hijo mayor, quien a diferencia de su hermana no ha podido reintegrarse a las clases en el Liceo Unión Panamericana porque no cuenta con los equipos electrónicos.<br /><br />“Sólo le dieron computadoras a los estudiantes del nivel técnico”, se quejó su madre.
