Directo. Seguro de sí mismo. Habla sin tapujos. Mira a los ojos. Es Santiago Abascal, líder del partido político VOX.<br /><br />Demonizado por tirios y troyanos; querido por otros, Abascal no pasa desapercibido. Tampoco su familia que en su momento, debido a su actividad política, estuvo amenazada por la banda terrorista ETA. Ese odio e inquina aún se mantiene latente entre los separatistas vascos que se la tienen jurada.<br /><br />El líder de VOX, al que algunos sectores de la política lo califican de ultraderechista, nos recibe en su cuartel general ubicado en el barrio de Chamartín y con vistas al Skyline de Madrid. Nos invita a tomar café, agua. Yo bebo una coca cola.<br /><br />En los prolegómenos departe con Alfonso Rojo, director de Periodista Digital, a quien posteriormente concede una entrevista full política. Antes de ello aprovecho para formularle algunas preguntas sobre hechos concretos de la situación política actual.<br /><br />Saco en claro que está convencido que aún no ha tocado techo. Y eso dice mucho de él. No va de comparsa de nadie.<br /><br />Calificado desde el PSOE y Podemos, con el apoyo de un nutrido contingente de periodistas, de racista, homófobo, xenófobo y otras lindezas, Abascal ni presta atención a epítetos. Se mantiene en sus trece de que hay que regular la inmigración y luchar contra la ilegal. Hace hincapié que prefiere inmigración latinoamericana que musulmana. Sus partidarios dicen de él que expresa lo que muchos piensan pero no se atreven a decir.<br /><br />Y nuestra charla tratará de eso.