James Phelps llega a lo que parece ser un gran almacén de algún tipo. Entra en la oficina y de un fichero saca una casette y unas fotos.<br /><br />Buenas días, señor Jim.<br /><br />Está viendo a Kruger Schtelman (foto) que dentro de tres días saldrá de una prisión de la República del Este Europeo después de cumplir una condena de veinticinco años por crímenes de guerra.<br /><br />Schtelman es la única persona viva que conoce el escondite de los fondos robados por las S. S. en los países ocupados por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.<br /><br />Esta enorme suma pretenden destinarla a financiar un golpe neonazi en Europa, que ya está preparado, para estallar tan pronto como tengan el dinero.<br /><br />Su misión, Jim, si decide aceptarla, será la de averiguar dónde se esconde ese vasto tesoro antes de que lo hagan los neonazis.<br /><br />Como siempre, si usted, o cualquier miembro de su equipo, resulta atrapado o muerto, la Secretaría negará todo conocimiento de sus actividades.<br /><br />Esta grabación se autodestruirá en cinco segundos.<br /><br />Buena suerte, Jim.
