Sería para partirse la caja, si Pedro Sánchez no fuera el presidente del Gobierno de España.<br /><br />Lo del jefe del PSOE es de circo: como el fantasma de Franco ya no le funciona va a convertir a José Antonio Primo de Rivera, en protagonista principal de esa ley de Memoria Democrática que ha sacado adelante compinchado con los proetarras de Bildu. <br /><br />José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange sigue, de momento, sepultado junto al altar de la Basílica del Valle de los Caídos. Y no tuvo papel alguno en la dictadura de Franco, ni participó en la Guerra Civil, porque fue encarcelado por la República antes de estallara y fue fusilado en noviembre de 1936. En ese sentido y e incluso con la ley de socialista y etarras en la mano, es una víctima. <br /><br />¿Por qué lo desentierra Sánchez? Muy simple: el PSOE está en caída libre en las encuestas, pinta todo muy negro para la izquierda y el socialista Sánchez cree que remover el pasado exhumando huesos de hace casi un siglo, le va a servir para que los españoles se olviden de la inflación, del precio de la gasolina y de la ineptitud del Gobierno. <br /><br />En lugar de dedicarse a resolver los problemas de lo vivos, Pedro Sánchez juega a cambiar de sitio a los muertos en una macabra estrategia de manipulación histórica. El sectarismo y la caradura son infinitos.
