A la bachiller Adriana Lastra no hay por donde cogerla, pero su dimisión como vicesecretaria general y 'número dos' del PSOE - probablemente, cinco minutos antes de que Pedro Sánchez prescindiera de ella -, de poco les va a servir a los socialistas.<br /><br />Estaba condenada, porque hace mucho que el PSOE es una gigantesca empresa y, en el mundo de los negocios, lo que pesa son los resultados.<br /><br />Había fallado en Madrid, después en Castilla y León y remató con el fracaso de la izquierda en Andalucía; así que no le quedaba otra.<br /><br />Sánchez, que jamás asume culpa alguna, ha hecho recaer sobre el equipo de Ferraz toda la responsabilidad del fracaso andaluz y de lo mal que va en las encuestas.<br /><br />Lastra alega motivos personales y dice que necesita estar de baja médica y llevar una vida ‘tranquila’, pero no cuela. Se ha ido poco antes de que Sánchez se la cargara, como hizo con Carmen Calvo, José Luis Ábalos o Iván Redondo.<br /><br />Y esto de poco le va a servir al PSOE. Lastra era una parte del problema, pero no es el problema. El verdadero problema es Sánchez y el rechazo creciente que genera entre los votantes. Lo demás es hacerse trampas al solitario.<br />