Generalísimo Sánchez ha reunido esta mañana a su grupo parlamentario para arengarles y para aconsejarles de cara al nuevo curso político. El aquelarre me ha recordado a aquellas reuniones del Consejo Nacional del Movimiento de otros tiempos, que se reunían una vez al año para escuchar el discurso del 'aconsejado'. Ha venido a decirles a los suyos 'el figura', al que no en vano conocemos como 'Fraudillo' o 'Generalísimo Sánchez', que salgan a la calle 'con la cabeza muy alta'... ¡pero si no pueden ni salir a la calle!. No pueden salir ni con la cabeza alta, ni baja ni a media altura porque les chillan hasta en el portal de su casa. Salvo a él, que se desplaza en Falcon hasta para comprar el pan o para acudir con su señora, con Begoña Gómez a cualquier concierto o actividad privada. <br /><br />Empiezan a menudear las opiniones críticas de los barones que a mí, desde hace muchos años, me mueven a la risa. Ha dicho en castellano manchego, Emiliano García-Page que la cercanía y el asociarse con los independentistas les está haciendo perder apoyo popular y caer en las encuestas. El problema es que luego no actúan en consecuencia: ni Page, ni Fernández Vara ni ningún otro. No lo hacen porque lo único que les interesa es mantenerse el mayor número de meses posibles, de los que les quedan, en el poder , chupando del bote. <br /><br />Se lo están poniendo muy fácil a Feijóo al que le basta con sentarse a esperar ya otros quince meses más a que madure la pera, caiga del árbol y a llegar a La Moncloa, con el contrapeso necesario, eso sí, de Vox. Se equivocaría el líder del PP -como le pasó a Rajoy- si cede a la tentación de acomodarse y no acomete las reformas estructurales que España necesita con urgencia. No vale con parchear, con limitarse a cambiar el procedimiento de elección de los vocales del CGPJ o algunas leyes. Además de la gestión hay que abordar la batalla cultural. <br /><br />Las encuestas certifican, cada vez con mayor seguridad, un cambio de Régimen, pero cuidado... ¡hasta el rabo todo es toro!