Normalmente la cantinela de los plenos en la Asamblea de Madrid de cada jueves se parece bastante. <br /><br />Algo de ruido en el arranque con la podemita de turno a la que le toque. No muy avezadas en oratoria ni Carolina Alonso ni Alejandra Jacinto, que se turnan semanalmente en la chapa. Después le llega el turno a Rocío Monasterio, que poco puede poner en aprietos a su compañera de investidura y presidenta de la región. Y después es momento para Juan Lobato, ¿para quién? Para el chico del PSOE. <br /><br />Lobato es flojo. Intenta aparentar seguridad pero de pronto uno ya se ha cansado de escucharle comentar que ha estado en tal sitio o en tal otro y desconecta. Lobato es el candidato socialista a las próximas elecciones autonómicas: se encargó él mismo de anunciarlo a bombo y platillo este 22 de septiembre en la propia Asamblea. Como si de un impresionante logro se tratase. Da cosilla verlo. <br /><br />Isabel Díaz Ayuso tuvo que mirar para otro lado y contener la risa -puede verse el momento en la foto-. Podemos entenderla a la perfección: <br /><br />"Ustedes están solo en el numerito, en la foto, en vender humo, en prometer e incumplir lo mismo. Hay que hacer mucho en Madrid y le anuncio que desde esta semana el Partido Socialista tiene candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid y aunque no le guste, se llama Juan Lobato y soy yo, señora Ayuso, ¡aunque no le guste!"<br /><br />¡Qué ridículo, qué espanto, qué vergüenza ajena!<br /><br />Lobato es, además, el candidato de sus compañeros. Pinta de majete, de buena persona, pésimo candidato a nada. <br /><br />Y Díaz Ayuso hace jirones con él cuando quiere. Y así lo hizo en esta ocasión, tirándole a la cara un hallazgo fantástico después de bucear en la hemeroteca: un artículo del ínclito José Luis Rodríguez Zapatero, padre del socialismo radical y casi bolivariano español, en el que precisamente avala el fin del impuesto de Patrimonio. Uno de los grandes temas de la semana y de los mejores avances del PP, en este caso, andaluz.