Si Twitter no existiera, el mundo sería mejor. Coincidimos en ello muchos de los que nos dedicamos a este oficio hace ya muchos años. Somos legión, no sólo los periodistas que opinamos así sino también políticos, artistas, deportistas o personas con algún tipo de perfil público. <br /><br />Twitter se ha convertido en un estercolero, en un saco de basura. No digo que como tal red social lo sea, pero sí muchos de sus contenidos y de los elementos que la habitan. Tal parece, a veces, un retrete de un bar de carretera, en el que algunos escriben, con heces cualquier cosa en la pared. Siento ser tan desagradablemente gráfico.<br /><br />Cada mañana, los que tenemos una cierta exposición pública, nos levantamos, no con la zozobra, pero sí con cierta incertidumbre de ver cuál será el TT del día, o la tendencia. A ver a quién le toca: a Ayuso, o a Almeida porque tiene la Puerta del Sol en obras, o este cantante, o a aquel otro periodista. Los peores fascistas, lo repetimos siempre, son los que se autodenominan antifascistas. Ahora andan como perros rabiosos porque la izquierda y Sánchez están muertos políticamente. Lo están el PSOE y Podemos, esta última formación especialmente, en la que sus 'lideresas' se sacan literalmente los ojos, están en franca descomposición. <br /><br />Las próximas elecciones dependerán de tres cosas: de la recuperación económica, del resultado de las próximas elecciones municipales y autonómicas de mayo y de la división en la izquierda. Díaz, Montero y Belarra, a tirones de pelo, por ver quien conserva su silla. <br /><br />No sabéis la suerte que tienen los que no son esclavos de las redes sociales, que cada vez están más llenas de basura. Leed, salid a la calle y hablad con la gente y evitad que os arrastren los que viven de la crispación.<br />