Junqueras y Otegi dan palmas con las orejas.<br />No es de extrañar el júbilo de golpistas y proetarras.<br />No se cortan un pelo y hasta se jactan de que lo único que falta es que Sánchez les abra del todo la puerta para convocar un referéndum separatista y de que ha cumplido su compromiso de mandar a todos los terroristas a sus casas antes de Navidad.<br />Por festejar, festejan también violadores, agresores sexuales y los grandes ladrones socialistas, que son multitud y que ven como les cepillan el Código Penal, para que no pisen la cárcel y sigan ricos.<br />Nunca en la Historia de España un presidente del Gobierno ha hecho tanto en tan poco tiempo en contra de la Patria. <br />¿Qué pasaría si, mañana, el Puigdemont de turno, sin necesidad de convocar un referéndum, proclamara unilateralmente la independencia de Cataluña? <br />No habría delito de sedición, tampoco de rebelión si no se ponen a pegar tiros, de modo que la pena sería nula. <br />Y si ejecutara la jugada usando dinero público y terminase en los juzgados, el facineroso tendría menos condena que el atribulado empresario autónomo que contrata de tapadillo a un ‘sin papeles’.<br />Lo más obsceno es que Sánchez perpetra esta ignominia para seguir durmiendo en La Moncloa y que los barones socialistas dicen amén, para seguir chupando del frasco.<br /> La felonía del PSOE no tiene precedentes y nos exige a todos los que creemos en España y en la Democracia poner pie en pared.<br />No es tarea fácil, porque buena parte de los 47 millones de españoles parecen anestesiados, preocupados exclusivamente por la inflación y la crisis.<br />La mayoría de las cadenas de televisión, públicas y privadas, de los diarios impresos y de los tertulianos están al servicio de Sánchez, más por interés que por convicción, pero nosotros vamos a dar la batalla, a denunciar a los felones y a llamar a las cosas por su nombre.<br />Estamos ante un Golpe de Estado en toda regla. Y no sólo son culpables Sánchez, Vara, Page, Lambán, Patxi López, Margarita Robles, Marlaska y los políticos de esa ralea.<br /> Lo son también la ciudadanía indolente, el capitalismo cobarde, el comunismo revanchista, el sindicalismo marisquero y un periodismo claudicante y garbancero.<br />
