Según los servicios de inteligencia británicos, los dirigentes rusos son presumiblemente conscientes de los crecientes problemas de armamento. <br />Son muy conscientes de que la producción de la industria armamentística rusa se está convirtiendo en una debilidad decisiva. <br />Este talón de Aquiles se ve lastrado además por los errores estratégicos cometidos durante la invasión. <br />Lo más probable es que la producción rusa no cumpla las expectativas de los dirigentes en cuanto a los suministros necesarios para la guerra y los objetivos a largo plazo.