La libertad de expresión es uno de los principales puntales de las <br>democracias y, como tal, debe ser protegida por todos los poderes, <br>Ejecutivo, Legislativo y Judicial. En España, tenemos un problema <br>con las leyes que condenan pretendidos delitos contra los <br>sentimientos religiosos, las injurias al rey y a las instituciones o la <br>‘ley mordaza’. Estas normas chocan frontalmente con la libertad de <br>expresión de todos y todas, recogida en el artículo 19 de la <br>