Vivimos tiempos de confusión y postureo.<br />Pedirle al PSOE que se abstenga y permita gobernar a Feijoo, que es quien ha ganado aritméticamente las elecciones del 23J, es una pamema.<br />Es es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja, que un socialista anteponga los intereses de España a los suyos.<br />Y sugerir la opción de una gran coalición PP-PSOE, al estilo alemán, es una insensatez de proporciones bíblicas.<br />Para la gente del PSOE, los terroristas de ETA y los golpistas de ERC son ‘progresistas’, y los de PP y compañía una ‘banda de fascistas’.<br />Al margen de ello, denota incoherencia.<br />No se puede considerar en campaña a Sánchez y su cuadrilla el origen de todos los males, que lo son, y vistos los resultados, pedirles que pacten contigo.<br />La ultima sugerencia de los de Abascal, consistente en que si Feijóo convence a media docena de diputados socialistas para que apoyen su investidura, ellos bendecirán el arreglo, suena a venganza. A pellizco de monja.<br />Pretende subrayar la esterilidad de la apelación al votante moderado del PSOE y los requiebros a Page que prodigó el candidato popular durante la campaña.<br />Creo que no se puede entrar en pasteleo alguno y que , tras tragarse la amarga píldora de ver a este facineroso montar una nueva Coalición Frankenstein, todavía más podrida que la que hemos padecido los últimos 5 años, hay que hacer opción sin fisuras. A fondo, con decisión, sin descanso y sin concesiones.<br />Y al final, echarlo, porque lo vamos a echar.<br />Pero ojo al parche, porque si Feijóo y Abascal no andan listos, pueden llevarse la sorpresa del siglo y nosotros un disgusto de aúpa.<br />Ahora damos todos por supuesto que Sánchez reeditara Gobierno con la ayuda de Otegi, el apoyo de Rufián y el beneplácito de Puigdemont, pero tiene un as en la manga.<br />Imaginen que una vez fracasado el intento de investidura de Feijóo, el jefe del PSOE, tras hacer el paripé un par de semanas, de improviso y en ‘prime time’ televisivo, anuncia grandilocuente que ‘España no está en almoneda’, que ha llegado el momento de poner pie en pared y que por el bien de la Patria rechaza los intentos de chantaje de separatistas y compinches y ha decidido ir a elecciones.<br />Concurriría envuelto en esa bandera rojigualda que tanto asco da a sus socios y tan poco le importe y visto lo ocurrido el 23J, seguro que logra que el PSOE pase de los 140 escaños, se convierta en primera primera fuerza y arrebate al PP el dominio en el Senado.<br />Después, fiel a su naturaleza, volvería a dormir con Iglesias, pactaría con Bildu y cenaría con Puigdemont, para administrar la imposición de peajes en las autovías, nuevas subidas de impuestos, subidas de precios y los recortes que vienen de Europa.<br />La única manera de evitar ese escenario y es que Feijóo, si no logra la presidencia que es lo más probable, por sorpresa y ‘por el bien del España’, le ofrezca la abstención del PP. O que lo haga Abascal con VOX.<br />Tendríamos un par de años más al felón en La Moncloa, pero el centroderecha estaría en condicio