Estoy todavía abochornado con esta majadería de los pinganillos en el Congreso.<br />Como ciudadano que paga impuestos, como varón adulto y hasta como padre de familia.<br />Resulta obsceno que siendo el español la lengua oficial del Estado, según el artículo 3 de la Constitución -el resto de lenguas son sólo oficiales en sus respectivas Comunidades Autónomas-, se dilapide el dinero que paga el sufrido contribuyente para satisfacer los caprichos de la panda de caraduras, que hacen bandera de su odio a España y a todo lo que representa.<br />Y si fuera sólo vil, tendría un pase, pero es que es además muy cateto y muy ridículo: una gilipollez de tomo y lomo.<br />Lo sucedido en el Parlamento este martes es la prueba del nueve de la progresiva degradación de la democracia española, impulsada por un tipo apellidado Sánchez y por un partido llamado PSOE, dispuestos a tragarse lo que sea para seguir chupando del frasco.<br />Antes de ahondar en ese terreno, creo obligado subrayar que el vodevil ha vuelto a poner en evidencia que el centroderecha español sigue en la inopia e incapaz de hacer lo que nos permitirá acabar con esta peste: actuar en bloque.<br />La única respuesta coherente, digna y de calado político a la imposición de los puñeteros pinganillos era ‘métanselos donde les quepan’ y ahí VOX estuvo a la altura.<br />Hasta en la escenificación, porque lo de tirar los artefactos en el escaño del felón Sánchez dejó claro a todo Quique lo que opinan los de Abascal de la ocurrencia y a quién responsabilizan de ella.<br />No tengo claro que la gente haya entendido lo del PP y que Borja Sémper se pusiera a hablar en euskera.<br />Imagino que el portavoz popular y los estrategas de Génova querían enviar un mensaje sutil, algo así como ‘nosotros también sabemos idiomas’, pero no era el momento de ponerse sofisticado.<br />Era el de dejar patente que el Congreso de los Diputados no es un circo y lo de Semper -más cursi en esta ocasión que un repollo con lazo- operó justo en sentido contrario.<br />Lo que queda en la opinión publica es la penosa impresión de que el PP es tibio y nunca se aclara.<br />Con luminosas excepciones.<br /> Isabel Díaz Ayuso, que siempre la clava, subió el otro día a Twitter un comentario, sobre la reunión en Waterloo entre Puigdemont y Ortuzar, que los estrategas del PP deberían grabar como recordatorio en las paredes de sus despachos.<br />Sobre la foto de portada de ABC, en la que aparecían el fugado golpista catalán y el pesetero presidente del PNV, escribía la presidenta de la Comunidad de Madrid: "Y sin pinganillo. En español del bueno”.<br />Pues eso.<br />Que Sánchez, Armengol, Rufian, Otegi, Ortuzar, Junqueras y los tertulianos del ‘pesebre monclovita’, que se prestan a blanquear hasta la gilipollez más extrema, se metan los pinganillos donde les quepan.