Estudios recientes revelan que las tasas de divorcio aumentan entre las personas mayores, mientras que disminuyen entre las generaciones más jóvenes.<br />Investigadores de la Bowling Green State University han descubierto que, desde 1990, las tasas de divorcio se han duplicado entre los mayores de 55 años y triplicado entre los mayores de 65 años.<br />Los expertos sugieren que esto se debe a que muchas parejas mayores no tienen hijos y, por lo tanto, pueden dedicar más tiempo a su relación.<br />Los datos muestran que las parejas que dedican menos tiempo y energía a su pareja debido a los hijos tienen más dificultades para mantener viva la llama en su matrimonio.<br />Esto significa que, una vez que los hijos se independizan, hay poco que mantenga unida la relación.<br />Otro factor es que los problemas no resueltos en la relación, como adicciones o abandonos, resurgen en sus vidas.<br />Lo que más sorprende a las parejas mayores es el impacto económico de la separación, que afecta a todo, desde los seguros hasta los ahorros.<br />Los expertos coinciden en que es sensato desde el punto de vista económico que las parejas mayores con dificultades busquen la ayuda de un terapeuta de pareja antes de divorciarse.