La vida de Borja Villacís es una aparente paradoja, con un final trágico tras su asesinato este martes y, probablemente, temido desde hacía tiempo. ¿Cómo se pasa de pertenecer a una familia acomodada del barrio madrileño de Chamberí, con todo al alcance de la mano, a habitar entre narcotraficantes, profesión que nace de gentes desesperadas? ¿Cómo se acaba siendo el guardés de un gran alijo de cocaína?<br /><br />Su historia fue conflictiva ya desde sus años de juventud -en el momento de su asesinato tenía 41 años, unos pocos menos que su hermana Begoña-, cuando se juntó con los Ultras Sur. Perteneció un tiempo a los grupos radicales de extrema derecha vinculados al Real Madrid, y más tarde se unió a una escisión de estos: los Outlaw. Ese grupo se desgajó de los skinheads tradicionales hace ya años bajo el mandato de un líder claro, conocido como el Niño Skin.