Últimamente oímos hablar de tormentas solares: acontecimientos durante los cuales nuestro campo magnético se altera, provocando interrupciones en la electricidad y las comunicaciones. <br />De hecho, las actividades solares (vientos y tormentas) pueden atravesar periodos de intensa actividad, en lapsos de tiempo que duran entre 24 y 36 horas.<br />Durante estos lapsos, podemos observar fenómenos atmosféricos anómalos, como auroras boreales en rincones inesperados del mundo. <br />En realidad, son muchos los efectos de estos fenómenos en nuestro planeta, sobre todo en los animales que lo habitan.<br />Las especies migratorias, como aves, cetáceos y tiburones, utilizan el campo electromagnético terrestre para orientarse.<br />Las consecuencias de estas alteraciones pueden referirse a la incapacidad de estos animales para hacer lo que hacen de forma natural: orientarse.<br />Se dice que este fenómeno es la causa de extraños comportamientos animales que los biólogos no pueden explicar.<br />Es el caso de las palomas mensajeras británicas desaparecidas que no encontraban el camino de vuelta a casa, o del varamiento masivo de grandes cetáceos.<br />Las hipótesis al respecto ya se habían confirmado cuando, a principios de 2016, 29 cachalotes vararon en la costa del Mar del Norte tras dos tormentas geomagnéticas.
