Durante el ciclo menstrual, los niveles hormonales de la mujer, especialmente de estrógenos y progesterona, fluctúan, afectando directamente a su estado de ánimo físico y emocional. <br /><br />Esta variación hormonal puede influir en el rendimiento durante el ejercicio, pero es posible adaptar los entrenamientos para mejorar el bienestar durante cada fase del ciclo. <br />Al principio de la fase folicular, durante la menstruación, es habitual sentirse cansada e incómoda. Por lo tanto, se recomiendan actividades más ligeras, como caminar o hacer estiramientos. <br /><br />A medida que aumentan los estrógenos, cerca de la ovulación, la energía y el estado de ánimo tienden a subir, lo que favorece entrenamientos más intensos, como correr o hacer pesas. <br />En la fase lútea, que precede a la menstruación, aumenta la progesterona, lo que provoca más introspección y posibles síntomas de tensión premenstrual (TPM). <br /><br />Durante este periodo, pueden ser más adecuados ejercicios más tranquilos, como el yoga, el pilates o la danza, respetando el cuerpo. <br /><br />Adaptar el entrenamiento al ciclo menstrual puede aportar más placer, haciendo del ejercicio una experiencia más positiva y eficaz para el bienestar físico y mental.