El martes por la noche se suponía que Kamala Harris iba a dar un discurso en el patio central de la Universidad Howard, en Washington, entre las once y las doce de la noche. No es que a esa hora estuvieran decididas las elecciones. Pero sí que la tendencia podría ser lo suficientemente marcada como para, al menos, decir que la victoria estaba al alcance de la mano.
