En 2024, Estados Unidos ejecutó a 25 personas, lo que supone un ligero aumento respecto al año anterior, según el informe de fin de año del Centro de Información sobre la Pena de Muerte. <br /><br />Este año también se dictaron 26 nuevas condenas a muerte, manteniendo una tendencia de una década de menos de 50 condenas a muerte anuales.<br /><br />A pesar del descenso constante, la preocupación por la justicia y la exactitud en la aplicación de la pena de muerte siguió creciendo.<br /><br />Se produjeron ejecuciones en nueve estados, con Alabama a la cabeza, con seis ejecuciones, seguida de Texas, con cinco, y Misuri y Oklahoma, con cuatro cada uno.<br /><br />En conjunto, estos estados llevaron a cabo el 76% de las ejecuciones del año. Carolina del Sur y Utah llevaron a cabo ejecuciones por primera vez en más de una década.<br /><br />Taberon Honie fue la única persona ejecutada en Utah, y recibió la inyección letal el 8 de agosto por un asesinato cometido en 1998.<br /><br />Las últimas palabras de Honie expresaron remordimiento y aliento para la superación personal.<br /><br />En Carolina del Sur, Freddie Owens y Richard Moore fueron ejecutados a pesar de las controversias que rodearon sus juicios.<br /><br />El coacusado de Owens afirmó que había sido implicado injustamente, mientras que Moore se enfrentó a un juicio con un jurado compuesto exclusivamente por blancos, lo que suscitó dudas sobre su imparcialidad.<br /><br />Indiana llevó a cabo su primera ejecución desde 2009, condenando a muerte a Joseph Corcoran por un cuádruple asesinato cometido en 1997.<br /><br />A pesar de las pruebas de enfermedad mental grave, las apelaciones de Corcoran fueron denegadas.<br /><br />Oklahoma va a ejecutar a Kevin Underwood, condenado por el asesinato de un niño en 2006, lo que pone de relieve la persistencia de la pena capital en el estado.<br /><br />Las condenas a muerte y las ejecuciones afectaron de forma desproporcionada a las personas de color en 2024.<br /><br />Doce de los 25 ejecutados eran personas de color, y el 54% de las nuevas condenas a muerte se impusieron a personas pertenecientes a grupos minoritarios.<br /><br />Estas estadísticas siguieron alimentando los debates sobre la parcialidad sistémica en el sistema de justicia.<br /><br />Ese año también se produjeron tres exoneraciones de condenados a muerte, lo que elevó el total a 200 desde 1972.<br /><br />Mientras tanto, el Tribunal Supremo rechazó 114 de las 117 peticiones de presos condenados a muerte que alegaban inocencia.<br /><br />«El año 2024 supuso un nuevo examen de la equidad de la pena de muerte», declaró Robert M. Maher, del Centro de Información sobre la Pena de Muerte.<br /><br />Los casos de gran repercusión, incluidos los que implican alegaciones creíbles de inocencia, han provocado la indignación pública y la disminución del apoyo a la práctica, especialmente entre los estadounidenses más jóvenes.