En el histórico barrio de La Latina, la Iglesia de San Andrés, cuya historia se remonta al siglo XII, ha sido desde entonces un refugio silencioso para vecinos y visitantes. Sus sólidos muros de piedra han visto el fluir de la vida madrileña, custodiando en su interior historias de santos, feligreses y familias que han atravesado sus puertas en busca de consuelo, paz o un simple instante de recogimiento. Hoy, este rincón emblemático de la capital renace con una nueva iluminación artística que no solo destaca su grandeza, sino que también acerca su legado a quienes lo redescubren cada día.
