No ha sido este un año fácil para la libertad.<br /><br />Pero aquí estamos, con las pelotas negras del humo de mil batallas y dispuestos a seguir peleando. <br /><br />Porque España lo merece y además, porque lo pasamos bien.<br /><br />Sánchez ‘okupó’ el poder, arropado por proetarras y golpistas, propagando a los cuatro vientos el bulo de que llegaba para acabar con la corrupción.<br /><br />Y lo que ha logrado es convertir la corrupción en el sello de marca de su régimen.<br /><br />Llega a Nochevieja el marido de Begoña chapoteando en el lodo, después de ver como la gente le insultaba también en la nieve, y se comerá las uvas acechado por una docena de casos de lo más turbio.<br /><br />A la espera de lo que vaya saltando y con la convicción de que aumentara la lista de ministros y gerifaltes socialistas implicados en los ‘affaires', lo más relevante judicialmente de cara a 2025 sigue siendo lo del tándem Koldo-Ábalos-Aldama, lo de su mujer comisionista, lo de su hermano músico, los apaños de Víctor Angel Torres y sin duda las trampas y delitos de su imputado Fiscal General.<br /><br /> Con ese telón de fondo, al que habría que sumar nombres como Errejón, Armengol, Santos Cerdán, Illa o Tito Berni, la percepción ciudadana es que los españoles somos más pobres de lo que éramos hace seis años y medio, cuando Sánchez se convirtió en presidente del Gobierno.<br /><br />Más pobres, menos libres, pagando más impuestos y amenazados por una cuadrilla alérgica a la que la democracia, la libertad de expresión o el periodismo digno de ese nombre.<br /><br />Los datos que arrojan las encuestas -la última de ellas la de <br /><br />NC Report según la cual ganaría Feijóo y con Abascal podría gobernar con una holgada mayoría absoluta de 190 escaños- reducen a mínimos las probabilidades de que Sánchez se la juegue convocando por sorpresa elecciones, pero puede que no le quede otra y tengamos generales antes del verano, si los jueces siguen apretándole las tuercas.<br /><br />Al margen de eso, que es lo importante, sólo decirles que 2025 estará marcado por el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, y aunque en lo que se refiere a exportaciones y aranceles pintan bastos, en lo relativo a libertad de prensa, cultura woke, tiranía de lo progre y gilipolleces culturales, puede que todo mejore.<br /><br />¡Vista, suerte y al toro!