Los vientos de Santa Ana, que convirtieron pequeñas llamas en incendios forestales masivos, han vuelto, desencadenando la alerta roja en todo el sur de California.<br /><br />La primera vez que los vientos de Santa Ana azotaron Los Ángeles, las rachas alcanzaron los 160 km por hora, propagando rápidamente seis grandes incendios que destruyeron más de 40.000 hectáreas y barrios enteros. <br /><br />Aunque los bomberos han extinguido tres incendios , las llamas continúan arrasando Palisades y Eaton, y se teme que los nuevos vientos puedan deshacer los avances recientes.<br /><br />El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) ha emitido un aviso de «situación especialmente peligrosa», pronosticando rachas de 50-65 km/h, con picos de hasta 105 km/h. <br /><br />Las zonas de Malibú, Calabasas y las montañas de San Gabriel corren especial riesgo. <br /><br />«Se espera un clima crítico de incendios, así que POR FAVOR tenga múltiples formas de recibir notificaciones en caso de nuevos incendios», instó el NWS a los residentes.<br /><br />Las autoridades están desplegando camiones de bomberos y personal adicional a las zonas de alto riesgo en preparación para posibles brotes.<br /><br />El gobernador Gavin Newsom hizo hincapié en la importancia de estar preparados, afirmando que la gente debe «estar lista para evacuar si recibe la orden».<br /><br />El devastador impacto de los vientos de Santa Ana se ve agravado por el cambio climático, que ha hecho que el sur de California sea más cálido y seco, creando las condiciones para que prosperen los incendios forestales. <br /><br />Aunque los vientos no alcancen su fuerza anterior, los científicos especializados en incendios advierten de que siguen siendo lo bastante fuertes como para provocar nuevos fuegos y propagarse rápidamente.
