El comercial de Sprite interpretado por Kurtis Blow es una pieza icónica que marcó un momento importante en la historia de la publicidad y la música. Como pionero del hip-hop, Kurtis Blow aportó autenticidad y frescura a una marca que buscaba conectar con un público joven y urbano. Su carisma y habilidad para rimar transformaron un simple comercial en una obra memorable, mostrando cómo el rap podía ser una herramienta poderosa para comunicar mensajes comerciales.<br /><br />El anuncio no solo sirvió para promocionar Sprite, sino que también ayudó a legitimar al hip-hop como una forma de arte influyente y valiosa en la cultura popular. Fue un movimiento audaz que reflejó la creciente importancia del rap en los años 80 y demostró cómo las marcas podían abrazar nuevas expresiones culturales para alcanzar audiencias más amplias.