Tanto si esperas con impaciencia las sesiones de terapia como si las afrontas con nerviosismo, sacar el máximo partido de cada una de ellas es esencial para el crecimiento personal.<br /><br />La terapia es una inversión de tiempo y dinero, así que haz que cada sesión cuente con las siguientes estrategias:<br /><br />Antes de la sesión<br /><br />Prepara tu mente para la autorreflexión tomándote entre 10 y 20 minutos para relajarte sin distracciones. <br /><br />Intenta escribir un diario, respirar o hacer estiramientos rápidos para descomprimir tus sentimientos actuales, sugiere Greg Lamont, director clínico de Juniper Mountain Counseling. <br /><br />Ten una idea clara de lo que quieres abordar. Lamont recomienda calificarte (de 0 a 10) en áreas como pensamientos, relaciones y funcionamiento general para guiar tu sesión. <br /><br />Si te conectas desde casa, elige un lugar tranquilo, apaga las notificaciones y coge un cuaderno. <br /><br />Durante la sesión<br /><br />Según la terapeuta Nedra Glover Tawwab, es importante permanecer presente durante la sesión a pesar de cualquier incomodidad y recordar que estás en un espacio seguro. <br /><br />La atención plena puede transformar el malestar en crecimiento. Toma notas durante la sesión para captar las ideas esenciales.<br /><br />Después de la sesión<br /><br />Lynn Bufka, de la Asociación Americana de Psicología, afirma que, después de la sesión, anotar o grabar tus pensamientos puede ayudarte a realizar un seguimiento de los progresos y a destacar el crecimiento a lo largo del tiempo.<br /><br />Si es posible, crea un «mini viaje» después de las sesiones virtuales. Da un breve paseo o cambia de entorno para reflexionar y reintegrarte. <br /><br />Esta transición aumenta el valor de la sesión y te ayuda a reincorporarte a la vida diaria con claridad.
