La cuestión de confianza de Carles Puigdemont a Pedro Sánchez tenía un precio.<br /><br />Un precio retirarla, claro está.<br /><br />Y ahora que papá Estado va a asumir los 17.000 millones de euros de la deuda de Cataluña, a los de Juntos por Cataluña ya no les interesa, al menos por el momento, poner contra las cuerdas al inquilino de La Moncloa.<br /><br />Los independentistas logran otro nuevo ingreso procedente de las arcas españolas y la tan cacareada igualdad vuelve a saltar por los aires.<br /><br />Carlos Alsina, desde su editorial en 'Más de Uno' (Onda Cero), se mostró claro y contundente a la hora de definir lo que suponía esta dádiva a los de Carles Puigdmont:<br /><br />No es mal día para reclamar eso que tanto se lleva ahora, pedagogía, al gobierno que anuncia la buenanueva del condón general -perdón, de la condonación general de la deuda autonómica-. Y lo primero que hay que aclarar es que condona la deuda quien ha prestado el dinero.<br /><br />Pero en este caso hay un dinero prestado por el Estado, el FLA (cuyo pago el gobierno puedo perdonar) pero hay otro dinero prestado por inversores que compraron los bonos emitidos por las comunidades autónomas. Y estos no perdonan. Esto segundo no es condonar, es que el Estado asume la deuda de las regiones, o la reparte, entre todos los ciudadanos.<br /><br />El periodista criticó como el Gobierno Sánchez, que se niega a perdonar hasta la más pequeña deuda a un ciudadano particular, no tiene empacho en hacerlo con las administraciones:<br /><br />Si a usted le debe un amigo dos mil euros y se los perdona, son dos mil euros con los que ya no cuenta usted para sus gastos. Pero si es el gobierno central el que perdona ochenta mil millones de euros a los gobiernos autonómicos, nos hacen creer que es inocuo, que todo el mundo gana, no hay efectos secundarios. Qué estupendo.<br /><br />Si es usted quien le debe dinero al Estado, pruebe a pedirle a la vicepresidenta uno, a través de su jefe de gabinete, que es muy accesible, que se lo perdone y reparta su deuda entre los demás ciudadanos. Pero las administraciones, ya se sabe, son otra cosa. Ahí las cuentas de ingresos y gastos son elásticas, en función de los intereses políticos de cada momento y de cada gobierno.<br /><br />Y dejó claro que ahora la deuda de uno se paga entre el resto de territorios:<br /><br />Pedagogía gubernamental necesaria: a cuánto tocábamos por cabeza hasta ahora de la deuda de nuestras administraciones y a cuánto tocaremos ahora. A cuánto tocaba por cabeza un manchego, un catalán, un extremeño sumando la deuda estatal y la deuda de cada una de sus regiones y a cuánto toca ahora que toda la deuda pasa a ser estatal y se repartirá equitativamente entre todos. Si quieren, lo llamamos balanza fiscal… individual.
