En un pis pas, cuando se cumplían 50 días de su entrada en la Casa Blanca, Trump ha conseguido lo que su predecesor Biden y los paniaguados dirigentes europeos no lograron en más de tres años: una tregua en la guerra entre Rusia y Ucrania.<br /><br />Zelensky ha aceptado un alto el fuego de 30 días y ahora la pelota está en el tejado de Putin, a quien -en mi opinión- no le queda otro remedio que entrar en el juego.<br /><br />La maniobra de Trump, que reanudará la entrega de suministros bélicos y volverá a facilitar información militar a Kiev, es tan audaz como arriesgada.<br /><br />Si sale bien, el Kremlin acepta sus términos y el mes de tregua se prolonga hasta llegar a una paz definitiva, el presidente norteamericano se consolidara como líder planetario. <br /><br />De momento, lo que queda patente es la irrelevancia estratégica de los Macron, Starmer, Ursula von der Leyen, Sánchez y compañía, cuyo súbito e interesado belicismo es tan irresponsable como inútil.<br /><br />Cuando esta panda de burócratas termine de aprobar su faraónico plan de gasto y aquí en España se unan al ardor guerrero del PSOE los de Podemos y Sumar, es muy probable que hayan cesado definitivamente los bombazos y la carnicería en el Donbas. <br /><br />No pasen por alto, porque es un hecho crucial, que son ya más de 100.000 los jóvenes ucranianos muertos en combate, desde que los rusos invadieron el país y que por las calles de esa atormentada nación se arrastran decenas de miles de mutilados.<br /><br />Esta atroz realidad es algo que aquí nadie tiene presente, como tampoco que de ningún país europeo pondrá tropas sobre el terreno y que por muchos fondos y armas que se despachen a Ucrania, pasaran muchos meses antes de que tengan efecto real en el conflicto.<br /><br />Un conflicto en el que ahora se esta jugando contra el reloj, porque los rusos aprietan en todos los frentes.<br /><br />Volviendo a España, les confieso que me quedo atónito escuchando a sesudos tertulianos, supuestamente muy de oposición, pontificando que Feijóo debe respaldar a Sánchez, con el cuento de que de que el PP es un partido de Estado.<br /><br />Ni partido de Estado ni puñetas.<br /><br />Si a los populares les vuelve a entrar el canguelo, y claudican por temor a lo que publiquen El País, Cadena SER, RTVE y los pesebreras de la ‘Brunete Pedrete’ periodística, flaco favor harán a España.<br /><br />Con un tipejo rodeado de corrupción, que se salta la Ley a la torera, sostiene que no necesita el Parlamento para gobernar y cuyo único objetivo es seguir durmiendo en La Moncloa, aunque eso le exija erosionar la igualdad entre españoles y vulnerar la Constitución, no se puede pactar nada.<br /><br />Y cuando digo nada, es nada.<br /><br />