La mujer del cineasta palestino Hamdan Ballal aún se recupera del susto. Las manchas de sangre son todavía visibles en la entrada de su casa, en una aldea muy cerca de la ciudad cisjordana de Hebrón. Aquí, Hamdan vive señalado por su oscarizado documental que cuenta, precisamente, el día a día de la ocupación israelí. Tras dar el aviso de su secuestro, varios activistas intentaron llegar a la casa, pero los colonos y soldados del Ejército israelí les rodearon y les atacaron a ellos también, incluso con piedras. Joshua Kimelman, uno de los agredidos, cuenta que fueron a por Hamdan al anochecer, cuando estaba más débil, a punto de cenar en pleno Ramadán. Ahora, 24 horas después y tras ser liberado, ha vuelto a casa. Todavía magullado, ha relatado que pasó toda la noche detenido en un cuartel israelí, con las manos atadas y los ojos tapados, hasta que por fin su pesadilla ha terminado. <br />-Redacción-
