El aparcamiento de la calle Lilos se convirtió en una trampa mortal para los jóvenes bomberos por la dificultad para extinguir un incendio en un vehículo eléctrico<br /><br />Jesús llegó a salir ileso del parking. Su compañero Sergio quedó atrapado entre los coches. Entró a por él y a los pocos minutos, ambos estaban muertos