En Puerto Rico se han documentado unas 40 especies de tiburón, pero apenas existe información detallada sobre su población. La pesca incidental y la destrucción de hábitats costeros son las principales amenazas para un depredador mayormente inofensivo y clave para el equilibrio marino. La joven bióloga Glorimar Franqui es una de las primeras en monitorear y analizar los hábitos de los tiburones.