Ramos Mejía, un barrio históricamente tranquilo, enfrenta una ola de inseguridad con robos violentos y la ausencia de patrullaje policial. En un reciente incidente, una mujer fue testigo de un intento de robo desde una moto que se subió a la vereda. Los vecinos expresan su preocupación por la falta de presencia policial, especialmente cerca del colegio Don Bosco, donde los estudiantes son vulnerables a estos ataques. La comunidad está alarmada por el aumento en la frecuencia y agresividad de los delitos.
