Desde 1995, Martín construye una colección que hoy supera los 1500 cómics. Entre ediciones de Batman, X-Men y sagas clásicas como El guantelete del infinito, relata cómo se inició copiando dibujos y terminó atrapado por los guiones. “Es un hobby que sigue cuando se puede, y los cómics siempre están ahí”, resume.<br />Martín Patzer, colecciona posadeño, en su casa, entre libros, fascículos y figuras de acción, conviven los universos de Marvel y DC, en una biblioteca construida durante tres décadas. “Debo tener alrededor de 1500 fascículos o libros, y vale más o menos una Hilux, como digo yo”, recordó entre risas. Su archivo abarca desde sagas populares como Spider-man hasta ediciones menos conocidas que llegó a conseguir en kioscos, ferias y compras online.<br />Todo empezó con un número de Los Hombres X, cuando la serie animada marcaba el ritmo de los recreos en los ‘90. “Uno quedó loquito, y aparte me gustaba dibujar. Empecé copiando los dibujos, después leí las historias y ahí me atrapó todo”, recordó. Esa conexión inicial con el arte dio paso a una inmersión profunda en las tramas, los personajes, los guiones y los eventos editoriales que moldearon décadas de narrativa gráfica.<br /><br />MM
