La vecindad de Lavapiés respondió con solidaridad, denunciando un racismo que llega desde de las instituciones. Bajo el lema "Remigración por unos barrios seguros", el movimiento ultraderechista Falange marchó bajo el permiso de la Delegación del Gobierno. La ciudadanía logró que no entraran en su comunidad, ya que siempre han sido un barrio lleno de diversidad.